Para empezar diré, aunque seguro que ya lo sabéis si estáis leyendo este artículo, que tengo varios libros publicados. En solitario: una novela corta, un libro de relatos y dos partes de una trilogía. Y en conjunto un par de libros de relatos con mis compañeros de zonaereader.com.
En definitiva: no soy demasiado nuevo en lo que a autopublicar mis libros se refiere.
Pero últimamente no sé qué me pasa, que no saco el último libro de la trilogía de El Consejo a la luz, y creo, sin hacer demasiado autoanálisis, que es miedo.
El libro lleva varios meses terminado, lo he pasado por varias revisiones y no sé por qué aún no lo he publicado; siempre busco alguna escusa para no hacerlo.
Al principio la escusa fue que se había quedado corto, es una novela corta que acaba con la trilogía de una manera aceptable, sin rellenar para llegar a las palabras necesarias para una novela normal, personalmente el último capítulo creo que es lo mejor que he escrito nunca, pero siempre hay dudas.
Otra escusa es la de la portada, no doy exactamente con lo que quiero, pongo pegas a lo que voy haciendo, y un día tras otro el proyecto queda inacabado, postergado.
La última son ideas que se superponen, promovidas por la primera; como es algo corto, unas 37000 palabras, pensé que sería bueno añadir al final algunos relatos de situaciones que ocurren durante la historia general pero que contarlas durante su transcurso estropearía el ritmo, también que podría añadir unos mapas,… siempre es más trabajo que quita tiempo del resto de la vida y que nunca acaba por salir aunque las ideas estén ahí, y el proceso se resiente.
Al final es todo miedo, puro miedo a finalizar una etapa, que empezó un día con la loca idea de hacer una trilogía. Casi igual a cuando dejé por primera vez que alguien leyera lo que había escrito, esa exposición, esa inseguridad, seguro que algunos sabéis a lo que me refiero.
Pero el miedo hay que superarlo, para que otros retos puedan ver la luz, así que desde aquí, con mi pequeño altavoz, prometo que antes del verano publicaré El Consejo III.
He tardado 3 minutos en escribir esa última frase, y no es broma, además de que me he dado cuenta de que no le he puesto su subtítulo, que seguro que conocéis si habéis leído las dos primeras partes.