En la primera parte de esta serie hablábamos de las escenas como «los cimientos de una novela». Aprendimos a diferenciar entre escenas externas, donde sucede una acción visible entre dos o más personajes, y escenas internas, centradas en la vida interior del protagonista. También insistimos en que toda escena debe mover la historia hacia adelante, ya sea desde la acción o desde la emoción, y que conviene diseñarla con un objetivo claro en mente.
En esta segunda parte vamos un paso más allá. Vamos a explorar los tipos de escena desde su función dramática o emocional, una clasificación complementaria que te ayudará a dotar a tu novela de ritmo, coherencia y profundidad.