Añadir comentarios en tu texto: ¿coma, paréntesis o raya?

Diferencias entre comas, paréntesis y rayas para hacer acotaciones en un texto literario.

En el mundo de la escritura literaria, la forma en que se introducen acotaciones o comentarios adicionales puede cambiar la percepción de una frase o incluso de un párrafo completo. Tres signos de puntuación juegan un papel fundamental en este proceso: las comas (,), los paréntesis (()) y las rayas (—). Cada uno tiene un propósito diferente y otorga un matiz único al texto. A lo largo de este artículo, exploraremos la historia de estos signos, cómo añadirlos desde el teclado y en qué contextos resulta más adecuado usar uno u otro.

signos

1. Historia de los signos

Las comas (,)

La coma es uno de los signos de puntuación más antiguos. Se remonta al antiguo griego, donde fue introducida por Aristófanes de Bizancio, un bibliotecario que buscaba facilitar la lectura en voz alta. Su propósito original era marcar pausas cortas, y desde entonces ha sido utilizada para separar ideas dentro de una oración o para delimitar elementos en una lista. A lo largo del tiempo, las comas también comenzaron a servir para introducir acotaciones, es decir, información adicional que se inserta en medio de una oración, pero que no afecta a su sentido principal.

Los paréntesis (())

El origen de los paréntesis es un poco más reciente. Aunque los primeros usos del signo pueden rastrearse hasta la Edad Media, fue en el Renacimiento cuando comenzó a ser común en la tipografía. Los paréntesis se utilizaron inicialmente para agregar aclaraciones o comentarios marginales sin interrumpir demasiado el flujo de la narrativa principal. Son una forma de apartar momentáneamente al lector de la idea central para ofrecerle una explicación o una precisión que no necesariamente afecta el hilo argumental.

Las rayas (—)

El uso de las rayas tiene un origen literario más moderno. Si bien existían trazos largos en la caligrafía, fue en el siglo XVIII cuando las rayas empezaron a aparecer de manera sistemática en los textos impresos. Este signo se ha usado para introducir comentarios o acotaciones que, aunque interrumpen el flujo narrativo, tienen una mayor fuerza y relevancia dentro del contexto de la frase. Además, las rayas han sido empleadas para diálogos, creando un estilo distintivo en la prosa.

2. Cómo añadir los signos desde el teclado

Comas (,):

La coma es uno de los signos más fáciles de insertar desde el teclado. En prácticamente cualquier dispositivo, se encuentra directamente visible en la fila inferior del teclado, a la derecha de la tecla «M». Basta con presionar esta tecla sin necesidad de usar combinaciones adicionales.

Paréntesis (():

Para escribir paréntesis en la mayoría de los teclados, es necesario utilizar una combinación de teclas. En los teclados españoles, los paréntesis de apertura «(» y cierre «)» se encuentran en las teclas numéricas 8 y 9, respectivamente. Para añadirlos, simplemente hay que presionar la tecla de «Shift» o «Mayúsculas» junto con el número correspondiente.

Rayas (—):

El uso de la raya larga (—) es algo más complicado, ya que no aparece directamente en la mayoría de los teclados. Sin embargo, hay atajos que facilitan su inserción. En sistemas Windows, la combinación más común es «Alt + 0151» (usando el teclado numérico). En Mac, basta con pulsar «Option + Shift + guion». Alternativamente, en programas como Microsoft Word, escribir dos guiones seguidos (–) automáticamente los convertirá en una raya larga. Desde Libreoffice Writer o en sistemas Linux también se puede utilizar.

3. ¿Cuándo utilizar cada uno?

La elección entre comas, paréntesis y rayas para hacer acotaciones en un texto literario no es arbitraria. Cada uno de estos signos tiene su propio tono y propósito, dependiendo del tipo de comentario o aclaración que se quiera hacer. A continuación, explicamos cuándo es más adecuado utilizar cada uno.

Comas (,): Acotaciones sutiles y breves

Las comas son ideales para acotaciones que se sienten como parte integral de la oración, sin interrumpirla demasiado. Se usan cuando la información adicional es breve y no desvía al lector del hilo narrativo. Ejemplo:

  • «El perro, que era de un color marrón oscuro, corrió hacia el bosque.»

En este caso, la información entre comas agrega un detalle adicional, pero no es crucial para la comprensión de la oración principal. Las comas mantienen el ritmo fluido y no destacan la acotación como algo independiente.

Paréntesis ((): Información complementaria, pero secundaria

Los paréntesis son más adecuados cuando se quiere insertar una aclaración que es útil o interesante, pero no esencial para entender la frase principal. Su uso implica que la información dentro de ellos puede ignorarse sin perder el sentido global. Ejemplo:

  • «El libro fue publicado en 1965 (aunque la primera edición nunca llegó a distribuirse ampliamente).»

La información entre paréntesis es un detalle adicional que enriquece el contexto, pero no altera el mensaje principal. En un texto literario, los paréntesis se utilizan para detalles, fechas, aclaraciones o comentarios marginales.

Rayas (—): Comentarios con énfasis

Las rayas, por su parte, dan un tono más fuerte y a menudo más dramático. Se utilizan para acotaciones que, aunque interrumpen la narración, aportan un comentario que el autor quiere destacar. Su uso añade un matiz de énfasis que ni las comas ni los paréntesis pueden proporcionar. Ejemplo:

  • «El viento soplaba con fuerza —casi como si intentara derribar la casa—, y los árboles se agitaban furiosamente.»

Aquí, la acotación entre rayas no solo es informativa, sino que también enfatiza la intensidad del viento, dotando a la frase de mayor fuerza visual y emocional.

Conclusión

En resumen, tanto las comas, los paréntesis como las rayas son herramientas valiosas para la escritura literaria, y cada una tiene su función específica:

  • Las comas permiten acotaciones suaves, sin interrumpir la fluidez del texto.
  • Los paréntesis encierran información adicional que puede no ser crucial, pero que proporciona contexto o precisión.
  • Las rayas aportan comentarios con mayor impacto, añadiendo dramatismo o énfasis a una parte del discurso.

La clave está en saber cuándo usar cada uno de estos signos para enriquecer el estilo narrativo y mantener el ritmo adecuado en cada momento del texto.

Aprende, escribe de lo que sepas

De hecho, aunque no sea para escribir, aprende.

Esto no es en sí un artículo, no creo que dé para tanto, incluso puede que lo que diga sea obvio para todos, pero creo que es necesario recordarlo.

Normalmente los que escribimos tenemos ideas que queremos hacer crecer, y la mayoría de las veces estas germinan en un entorno conocido. Desarrollamos situaciones que se parecen a las nuestras y hasta ahí está todo bien, son aguas conocidas.

Pero hay veces que nos gusta sacar los pies del tiesto y arriesgar. Ese es el momento en que tenemos que conocer qué sabemos, e intentar aprender lo que no.

Por ejemplo, para escribir de un género que no conocemos, como el de terror, tendremos que hacer una investigación que puede ir hasta donde queramos. Buscando listas de características del estilo o leyendo el mismo género durante un tiempo para sintetizar sus peculiaridades.

Si queremos que nuestros personajes tengan habilidades o profesiones de las que no conocemos nada, o lo hacemos a un nivel muy simple, tendremos que hacer los deberes y aprender lo necesario como para no meter la pata; por eso mis personajes suelen ser informáticos o soñadores…

Judo

Por ejemplo, esto es muy útil, lo de aprender, cuando se van a relatar escenas de acción. Yo sé algo de Judo porque lo practiqué durante años de niño. Ese conocimiento es cada vez más limitado pues se ha ido borrando de mi memoria: los pasos concretos, los nombres de las técnicas, etc. Pues hay que recordarlo para poder crear una escena realista, y que mantenga la tensión en el lector como si estuviera viendo un combate real en el que una estrangulación está a punto de tener éxito.

Así que nada, aprende a hacer cosas nuevas, no sólo será útil para escribir mejor, sino para el día a día.

Cantar de Gesta – Características y ejemplos

Seguimos con la serie en la que explicamos otros tipos de literatura, como le tocó su turno al haiku en otro artículo.

Hoy vamos a hablar del Cantar de Gesta, estilo que se originó en Europa en los siglos XI y XII, sobre todo en España, Francia, Alemania o Rusia.

Características

  • Son poemas épicos, la mayoría de las veces anónimos.
  • La métrica es irregular, aunque suelen ser versos de 14 sílabas, utilizando un lenguaje simple y expresivo.
  • Su longitud puede variar entre los 2000 y los 20000 versos.
  • Los héroes representan las virtudes de sus pueblos, mostrándolos como ejemplo a seguir.

Ejemplos

Uno de los ejemplos más claros en la literatura española es El Cantar del mio Cid, escrito al rededor del año 1200.

Este se puede encontrar en diversas versiones, en el siguiente enlace de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

De los sus ojos tan fuertemente llorando,
Tornaba la cabeza y estábalos catando.
Vio puertas abiertas y postigos sin candados,
Alcándaras vacías, sin pieles y sin mantos,
Y sin halcones y sin azores mudados.
Suspiró mío Cid pues tenía muy grandes cuidados.
Habló mío Cid, bien y tan mesurado:

Haiku – Características y ejemplos

Como ya he dicho en otros artículos, hay muchos tipos diferentes de literatura, que se pueden diferenciar por su longitud, por la rima o ausencia de la misma, por el estilo, etcétera.

Hoy vamos a hablar de uno de ellos, que alcanzó su forma actual durante el siglo XV, que se desarrolla en Japón y debe su nombre al poeta Shiki (1867-1902). Hoy vamos a hablar del haiku.

Continuar leyendo «Haiku – Características y ejemplos»

Sinopsis, ¿cómo escribirlas?

Desde mi punto de vista y experiencia, escribir una sinopsis puede ser incluso más difícil que escribir el libro en cuestión.

Nunca me sale qué escribir, quizá porque no sé qué debe contener la sinopsis, ni su longitud, ni sobre qué debe hacer foco. ¿Es un resumen, un simple gancho para atraer al lector a tu libro, la trama condensada?

Después de investigar un poco, para realizar de la mejor manera posible la sinopsis de la edición completa de ‘El Consejo’, que pronto estará a la venta, he llegado a las siguientes conclusiones.

Sinopsis escrita para la publicación de 'El Consejo - Conocimiento'
Sinopsis escrita para la publicación de ‘El Consejo – Conocimiento’ (2017)
Continuar leyendo «Sinopsis, ¿cómo escribirlas?»

Mientras, en el bosque de las palabras

Hoy vamos con un artículo sencillo, de los que no lleva a ningún error, vamos a explicar el funcionamiento de la palabra mientras y las locuciones que puede formar.

mientrasTambién, y como extra, explicaré cuando se puede sustituir por cuanto; ya que me han corregido un par de veces y parece que yo no estaba equivocado.

Continuar leyendo «Mientras, en el bosque de las palabras»

La coma: ¿cómo ponerla correctamente? (I)

Ahora me encuentro en proceso de corregir mi novela, de la que ya he hablado anteriormente, y estoy en la fase de corregir la puntuación, a fondo. Por ello he aprovechado para hacer este artículo, que resumirá lo casos en los que se debe utilizar coma (,).

comaAntes de eso comentaré, si no le he hecho ya antes, que nunca fui bueno en clases de lengua, y no fue culpa del profesor, Don Arturo, ya veis que hace no mucho llamábamos de Don o Doña a los profesores, sino de la materia en cuestión; densa y poco resumida.

Preparándome el artículo, buscando información de los usos de las comas, he comprobado que el documento sobre el que trabajar ocupa siete páginas de casos y supuestos, algo a lo que un niño de colegio no se acercará nunca; por ello me he propuesto resumirlo de la mejor manera posible.

Continuar leyendo «La coma: ¿cómo ponerla correctamente? (I)»

Sí, si (¿emperatriz?)… a sí mismo

El título del artículo es algo tonto, bromas de los 80, ¿qué le vamos a hacer? Pero será sencillo, a través de él, aclararnos con la idea de cuándo utilizar sí o si, y como bonus, el sí mismo.

SíCreo que es una de esas palabras que si no automatizamos bien a la hora de escribirla, va a ser muy complicado eliminar el error, pues los autocorrectores no son infalibles.

Continuar leyendo «Sí, si (¿emperatriz?)… a sí mismo»