Este libro no recuerdo cómo llegó a mis manos, no sé si lo compré, lo regalé y luego lo pedí prestado o si se lo compró directamente mi hermano, al que yo le había regalado el primero, y luego se lo pedí para leérmelo.
El caso es que lo leí al poco de salir, y la cabeza me estalló con lo que leí.
Hoy reseño El temor de un hombre sabio de Patrick Rothfuss, continuación de El nombre del viento.
Datos
Este libro también es muy extenso, como el primero, pero en ningún momento se hace pesada su lectura; aunque la primera vez tardé un poco en terminarla, la última no tardé más de cuatro días. Suelo leerme las dos del tirón a la espera de Las puertas de piedra, la tercera parte que no se supone que salga hasta ¡¡¡2022!!!
Así que son 1200 páginas, hiladas con maestría e hilo del bueno, del que no se rompe al mínimo roce.
Se puede encontrar en versión digital y en papel.
Resumen
Continuamos con la historia de Kvothe, que es narrada en el segundo día que el Cronista pasa en la posada de Kote. Así conoceremos cómo el protagonista pasa a la edad adulta y cómo se enfrenta a todo lo que le está ocurriendo.
Aquí podemos ver la sinopsis de la página de venta:
«Todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable.»
El hombre había desaparecido. El mito no. Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, trotamundos, héroe y asesino, Kvothe había borrado su rastro. Y ni siquiera ahora que le han encontrado, ni siquiera ni siquiera ahora que le han encontrado, ni siquiera ahora que las tinieblas invaden los rincones del mundo, está dispuesto a regresar. Pero su historia prosigue, la aventura continúa, y Kvothe seguirá contándola para revelar la verdad tras la leyenda.
«Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mí…»
Valoración Personal
Creo que está a la altura de la primera, que no es baladí, y que lo mejor es leerlas del tirón. Decir más es redundar en lo que comenté de la primera, el ritmo, los personajes, la historia en sí, cómo está escrita. Me parece genial.
Si fuera escritor, este sería el estándar al que apuntaría, porque mucho más allá no se puede llegar.