Durante varios artículos he ido explicando cómo comenzar, dividir o estructurar tu novela, pero hasta ahora nunca he explicado como darle un digno remate.
Esto es muy personal, pero si tenías el final claro durante la fase de planificación será relativamente sencillo ponerle punto y final, de lo contrario puede haber ciertos problemas; yo solo voy a hablar de lo que yo hago, en ningún caso digo que sea la manera oficial, total, ¿quién soy yo?
¿Es el final que habías planeado?
Durante la planificación, o incluso antes de empezar a escribir, yo ya tengo claro un final, que suele ir junto al principio. Normalmente funciono así, con una linea de diálogo para empezar el texto, y con ello el conflicto. Suelo saber cómo va a terminar; esto me funciona tanto para novelas como para relatos.
Así que si el final es el que querías darle desde un principio, perfecto, ya lo tienes, o no.
¿Han cerrado todos los personajes sus tramas?
Normalmente una novela tiene varias tramas, la principal y las adyacentes. Puede que no queramos cerrarlas todas porque son una vía para próximas novelas, pero creo que es necesario no dejar colgando historias pendientes. Se les puede dar un falso final con solución de continuidad por si quieres continuar más adelante, no hace falta matarlos a todos (como hace George R.R. Martin…).
¿Has cumplido tus objetivos?
Todo el mundo tiene una agenda, lo quiera o no, y cuando se escribe cualquier tipo de texto este tiene unos objetivos, una finalidad, más clara o más difusa.
Si eres consciente del porqué de tu texto, podrás analizar si cumple esos objetivos cuando llegues al final.
Este suele ser mi caso, intento darle un tema al texto y que este se vea desarrollado durante el mismo. Por ejemplo, en las diferentes partes de El Consejo había un tema claro, que creo que fui capaz de desarrollar de manera óptima, este era qué hacer con tus capacidades cuando estas son superiores y cómo conjugan con la propia moralidad de uno mismo.
¿Dejarlo en alto o de manera relajada?
Creo que hay dos vertientes de dar un remate, que este sea después del clímax en un entorno relajado, véase Los Vengadores comiéndose un shawarma después de la batalla de Nueva York, o…
…dar un golpe en la mesa para que la historia resuene en la cabeza del lector durante un tiempo después de haber terminado la lectura.
Yo prefiero el segundo tipo de final, da menos signos de agotamiento por parte del escritor; todos hemos leído textos que parece que se acaban porque el escritor no quería seguir escribiendo.
De todos modos, para el que escribe nunca, o casi nunca, habrá un remate perfecto, siempre quedará algo en el tintero que se intentará mejorar en la fase de revisión y corrección, pero en algún momento hay que poner el último punto.